La historia del kiwi comenzó en China hace más de 700 años, donde ya era apreciado en la corte del Gran Khan por su delicioso sabor y su pulpa de esmeralda. El resto del mundo comenzó a conocerlo recién en el siglo XIX, cuando un coleccionista de la Real Sociedad Británica de Horticultura envió algunas frutas y semillas a su tierra natal. Llegó a Italia en los años 70 y hoy, gracias a su clima y a la pasión de sus agricultores, es el segundo productor mundial.