Este gran jarrón tiene la forma de un icónico bidón de leche antiguo. En la primera mitad del siglo XX era una imagen típica de la identidad agrícola de los Países Bajos. El paisaje estaba salpicado de pequeñas granjas donde se ordeñaba intensamente a diario. Los productores de lácteos colocaban sus bidones de hierro en grupos al borde del camino, donde eran recogidos por los carros para llevarlos a la fábrica de leche. A veces, la leche ya estaba agria antes de llegar a la fábrica y, de vez en cuando, incluso se encontraba un gatito ahogado que había intentado beber de la leche. La imagen idílica de los bidones de leche de acero desgastados en la entrada de la granja desapareció rápidamente a partir de 1962, cuando el tanque de leche refrigerado comenzó a ganar popularidad. Solo en un lugar de los Países Bajos los bidones originales se usaron hasta 1999, cuando también esta fábrica de leche dejó de aceptar leche en bidones.