La historia del infame Jackalope es larga y legendaria. Se dice que puedes seducir a los Jackalopes con whisky. Que pueden imitar la voz de un humano y disfrutar de una buena fogata cantando juntos; siempre registran un tenor, lo cual es notable. Y que cuando el Jackalope se estableció por primera vez en Norteamérica, las llanuras altas no eran el lugar agradable que todos conocemos y amamos hoy en día. Publicaciones famosas, como el Casper-Star Tribune, aconsejaban a cualquier caminante que se cubriera las piernas con tubos de hierro fundido para evitar la terrible suerte de ser corneados hasta morir en las espinillas por estos esponjosos engendros del infierno. Ahora sé lo que piensas... es una locura. Los jackalopes no existen. Bueno, la próxima vez que estés en la fogata y te acompañe un coro de tenores al azar, no digas que no te lo dijimos.