Ya en el siglo VIII se mencionaba la mostaza entre los romanos en tiempos de Carlomagno. Durante siglos, la mostaza fue, junto con el rábano picante, el único agente picante en Europa. También aquí en el sur de Europa se encuentra el origen de la planta. Como casi todas nuestras especias, tiene un efecto fortalecedor y curativo en nosotros. Ya sea para un resfriado o como antiinflamatorio y calmante, nos ayuda con enfermedades cotidianas gracias a su efecto antibiótico natural. Es importante no superar los 50 grados al moler las semillas enteras. Las semillas de mostaza negra son la mostaza más picante y, como todoterreno, las usamos varias veces al día, incluso inconscientemente, en la cocina. Nuestras semillas de mostaza las obtenemos de Marruecos.