Cuando llega la noche, dejar la luz que ilumina los objetos familiares de una habitación para entrar en la noche suele ser una aventura. El niño que nos cuenta este momento lo comprende con valentía: traza mentalmente una especie de plan de evacuación de emergencia y deja la puerta entreabierta para que pase un pequeño haz de luz tranquilizador... Pero, ¿y si precisamente esta débil luz jugara con la oscuridad de la habitación para hacer aparecer los sueños y transformarla en un teatro aterrador? En este álbum, el niño juega con el miedo de la noche para domarlo mejor y refugiarse con deleite en el sueño.