La lenteja pardina, conocida también como lenteja franciscana, es una variedad de legumbre de tamaño pequeño que se caracteriza por su color marrón rojizo uniforme y por su excelente capacidad de mantener la forma durante la cocción. Gracias a su textura suave y su sabor delicado, es una de las lentejas más apreciadas tanto en la cocina casera como en preparaciones gourmet. A nivel nutricional, la lenteja pardina es un alimento extraordinariamente completo. Constituye una fuente destacada de minerales esenciales como el hierro, importante para prevenir la anemia; manganeso, que interviene en el metabolismo y en la formación de tejido conectivo; potasio, necesario para la función muscular y nerviosa; así como cobre, fósforo y zinc, fundamentales para múltiples procesos en el organismo. Además, esta legumbre aporta una amplia variedad de vitaminas, entre ellas el ácido fólico, crucial durante el embarazo y para la salud celular; vitamina A, importante para la vista y el sistema inmunitario; vitaminas del grupo B en su gama completa, esenciales para el sistema nervioso y el metabolismo energético; vitamina C, que favorece la absorción del hierro; vitamina K, relacionada con la coagulación sanguínea; y vitamina E, conocida por su poder antioxidante.