Si pasas mucho tiempo de pie, lo más probable es que ya tengas callos grandes en las plantas de los pies. Estas áreas engrosadas de la piel, que también pueden aparecer en las manos, son el resultado de la fricción, irritación o presión repetidas sobre la piel. Es por eso que se presentan con mayor frecuencia en los pies. Si bien un calzado mal ajustado puede agravar el problema, lo cierto es que los callos están casi asegurados si caminas mucho todos los días. Afortunadamente, estos parches cutáneos endurecidos son relativamente fáciles de quitar. Puede optar por suavizar la piel con humectantes, remojar el área afectada en agua o atacar el problema de frente con una piedra pómez. La piedra pómez es el resultado de la mezcla de agua y lava.