En la mantequilla de anacardo, todo permanece sin cambios. Comenzamos el proceso de producción con el tostado, una etapa muy importante, que se lleva a cabo sin el uso de aditivos. Los anacardos se tuestan delicadamente de forma natural hasta que alcanzan el punto perfecto. Después de enfriarse, ¡sigue la meticulosa selección de anacardos! Se realiza una cuidadosa selección manual, descartando todos aquellos que no estén en las mejores condiciones y que cambien el sabor. El tercer paso de la producción consiste en la transformación de los anacardos tostados en una crema aterciopelada con una consistencia cremosa. Como ocurre con todas las demás mantequillas, el toque final es la adición de un poco de canela molida y jengibre deshidratado molido, para que el sabor de estas especias no prevalezca sobre el sabor único del anacardo.