Enciende la cerilla, toca la mecha, siéntate, cierra los ojos y recuerda cómo era en casa de la abuela. Acogedor frente al fuego de turba con el viento aullando afuera. Gruesas paredes de piedra y viejas puertas de madera protegiéndote de los elementos mientras la abuela te contaba sobre los viejos tiempos, o si se sentía inclinada, preparaba una tarta de manzana y té en la cocina. No podemos prometer una infancia perfecta (¡aunque nos gustaría!), pero podemos asegurarte que obtendrás la chispa para reavivar esos recuerdos entrañables, ¡sean cuales sean! Aunque recrear el verdadero y distintivo olor de un antiguo fuego de turba irlandés en forma de vela es casi imposible, este aroma captura la esencia de lo que se sentía al sentarse frente a uno y todos los olores que te rodeaban.