La sal es conocida por sus propiedades curativas desde hace miles de años. La sal es antimicrobiana por naturaleza y, por lo tanto, es extremadamente estimulante del sistema inmunitario, ya que las bacterias no pueden sobrevivir en un ambiente salino. La estructura cristalina afilada de la sal también destruye la dura capa de los virus, lo que promueve la inmunidad contra virus y parásitos. La mezcla de Epsom y sal marina está muy concentrada en magnesio. La mayoría de las personas tienen deficiencia de este mineral tan importante. Puede absorber fácilmente una gran dosis de magnesio en un solo tratamiento, lo que promueve una mejor digestión, alivia el dolor muscular y los calambres y calma la mente con la mezcla seleccionada de aceites esenciales. Calmante: rosa y geranio Energizante: menta y bergamota Relajante: lavanda