Tradicionalmente, el tocador francés, que alcanzó su apogeo en el siglo XVIII, era un espacio pequeño adjunto a la habitación de una mujer o creado en una habitación cercana. Disponer de este tipo de espacio personalizado, diseñado exclusivamente para la señora de la casa, era un lujo del que disfrutaban mujeres de la aristocracia, como Madame de Pompadour y María Antonieta. El tocador francés se consideraba un espacio esencial donde las mujeres prominentes podían ir a retirarse, descansar, leer, escribir, dedicarse a pasatiempos, entretener a sus novias cercanas y disfrutar de pensamientos personales en la tan deseada soledad. En el mundo acelerado de hoy, con exigencias aparentemente infinitas, la búsqueda del mejor santuario y el deseo de crear un refugio exclusivamente femenino es algo con lo que pocas mujeres se atreven a soñar. Revival of the French Boudoir explora la creación de este tipo de espacio personalizado dentro del hogar, que encarna el estilo femenino de la Francia clásica y, al mismo tiempo, aborda las complejidades de la actualidad.