La sal marina celta es la variedad más buscada en el mundo. Originaria de la región costera de Guérande, Francia. También se la conoce como «sal gris francesa». La producción de sal celta emplea un método tradicional en el que se permite que el agua de mar se evapore, produciendo cristales ricos en minerales. Rica en electrolitos cruciales como sodio, potasio y magnesio, la sal del mar celta es importante para mantener niveles adecuados de hidratación, actividad nerviosa y función muscular.