Canadá, una tierra donde abundan los recursos y las tradiciones, nos ofrece una vez más la oportunidad de mostrar otra joya nórdica: el arándano. En nuestra receta, esta fruta se complementa con la baya de enebro, que aporta notas equilibradas de resina y tanino. Este jarabe está impregnado de la suave y dulce fragancia de los capullos de abeto, tan reconfortante como un fino algodón de azúcar boreal. Nuevo tamaño disponible 200 ml ¡Perfecto para regalar!