M Train comienza en el pequeño café de Greenwich Village donde Smith va cada mañana a tomar café negro, reflexiona sobre el mundo tal como es y como era, y escribe en su cuaderno. A través de una prosa que fluye fluidamente entre sueños y realidad, pasado y presente, y a través de un paisaje de aspiraciones e inspiraciones creativas, viajamos a la Casa Azul de Frida Kahlo en México; a una reunión de una sociedad de exploradores árticos en Berlín; a un destartalado bungalow junto al mar en Far Rockaway, Nueva York, que Smith adquiere justo antes de que llegue el huracán Sandy; y a las tumbas de Genet, Plath, Rimbaud y Mishima. (Descuento Medio)