El número amarillo fue concebido como un homenaje a esos miedos familiares de la "sociedad de masas" y la gran preocupación de muchas décadas pasadas: ¡la conformidad! "En una época en la que la 'vanguardia' se ha convertido en una poderosa herramienta para la mediocrización", declaró nuestro editor, "nos enorgullece rededicarnos a su desafilado". El inquietante midcult de la época incluía festivales de arte patrocinados por compañías de tabaco y el "cínico afectado de patio de recreo" de los suburbios de los noventa. Producido en la Universidad de Chicago en el verano de 1990, nuestro segundo número tenía cuarenta y ocho páginas. Publicado: Verano de 1990 Páginas: 48