AGAR-R-01 Origen: Brasil Grado: A Dimensiones: Aproximadamente 20-30mm Peso: De 8 a 15g Origen: Brasil Grado: A = bueno Piedra rodada de ágata roja de Brasil de 20-30mm Vendida por unidad Los patrones y colores pueden variar de una piedra a otra La formación geológica del ágata roja comienza en las cavidades de rocas volcánicas como el basalto o la riolita. Se extiende durante miles de años. Se forman burbujas de gas en la lava al enfriarse, creando así cavidades. Lentamente, estas cavidades se llenan de una solución rica en sílice, transportada por las aguas subterráneas. Bajo presión, los minerales se depositan en capas sucesivas, dibujando patrones sorprendentes y llamativos. Entonces, este proceso, que puede durar varios millones de años, da lugar a bandas concéntricas y coloridas, típicas del ágata. Son los óxidos de hierro los que confieren a esta magnífica piedra sus tonos profundos, que van del rojo ladrillo al marrón cobrizo. Perteneciente a la familia de los cuarzos microcristalinos, el ágata roja tiene una dureza de 6,5 a 7 en la escala de Mohs. Para recordar, el diamante tiene una dureza de 10, la más alta en esta misma escala. Se ha utilizado durante mucho tiempo en la fabricación de cabujones, pequeños objetos decorativos o herramientas ornamentales. De hecho, se talla y se pule fácilmente mientras conserva su solidez. El nombre "ágata" proviene del griego achates, inspirado en el río Achates (hoy Dirillo) en Sicilia, donde Teofrasto, filósofo y naturalista griego (nacido alrededor del 371 a.C.) habría observado los primeros especímenes. El ágata roja, más rara, era muy apreciada en las culturas antiguas por su brillo cálido y su poderosa simbología. Las civilizaciones mesopotámicas le atribuían una fuerza protectora. En el antiguo Egipto, adornaba los amuletos destinados a los guerreros o constructores. Los romanos la llevaban en forma de anillos para atraer la victoria y repeler la ira. Los griegos la asociaban con Hestia, diosa del hogar, símbolo de calor y seguridad. Los celtas veían en ella una piedra vinculada a Ceridwen, diosa de la transformación y la sabiduría. En India, se dice que fortalecía la vitalidad del portador, conectando las fuerzas terrestres con el fuego interior. A lo largo de los siglos, el ágata roja ha permanecido rodeada de un aura mística. Evoca la estabilidad, la fuerza vital, el coraje tranquilo. Esta piedra recuerda las raíces, el calor de la tierra, la tenacidad de lo vivo.