Ya sea en sus paseos filosóficos o en sus andanzas bucólicas: Jean-Jacques Rousseau, un filósofo, escritor y compositor nacido en Suiza cuyas obras influyeron profundamente en la Ilustración y la Revolución Francesa, siempre mostró una profunda pasión por la recolección de plantas. Entre 1771 y 1774, compuso ocho cartas ofreciendo lecciones de botánica, dirigidas a Madame Delessert y destinadas a enseñar a su joven hija Madelon. Estas cartas constituyen la obra final del pensador, junto con "Las ensoñaciones del paseante solitario", y resonaron en toda Europa a principios del siglo XIX. El proyecto de Rousseau era mucho más que una simple lección de pedagogía; es, más bien, una auténtica invitación a observar las plantas. Bajo su pluma, las descripciones se elevan al rango de arte, y la contemplación alcanza el estatus de ciencia. Las plantas liliáceas, cruciformes, papilionáceas y umbelíferas se combinan para componer un herbario poético. 128 pp | 33 imágenes en color