El dulce toque ácido de la fresa se encuentra con el ensueño de la vainilla en una combinación de caramelos que es básicamente un sueño de postre. Podría recordarte a tu bola de helado favorita, pero ¿adivina qué? Estos óvalos de espuma masticables no se derriten al sol, y tienen ese rebote perfecto que hace que tus papilas gustativas hagan un pequeño baile de felicidad. ¡Un bocado y estarás flotando en una nube esponjosa y afrutada de alegría!