La cúrcuma, una poderosa especia originaria de la India, se ha utilizado durante más de 5000 años, principalmente por sus usos culinarios, pero cada vez más por sus propiedades ayurvédicas. ¡Una de estas propiedades clave es un pequeño y encantador compuesto llamado curcumina! Se han publicado muchos estudios que confirman sus beneficios, lo que resulta en un enorme aumento en todo el mundo en la absorción de dosis regulares de cúrcuma para mantener un cuerpo sano. Lo que tal vez no se comprenda ampliamente es que la curcumina no es absorbida muy fácilmente por nuestros cuerpos, ya que se metaboliza muy rápidamente en el hígado. Afortunadamente, la madre naturaleza tiene una forma de evitar esto y es simple: ¡agrega pimienta negra! La pimienta negra está repleta de nutrientes vitales y tiene muchos beneficios para la salud por sí sola, pero cuando se combina con la cúrcuma, es el compuesto piperina el que ayuda a retrasar el proceso de metabolización del hígado.