Las semillas de cáñamo destinadas al consumo humano provienen de una variedad conocida como “cáñamo industrial”. Una vez peladas, presentan una textura suave y un sabor que recuerda a las nueces o a las pipas. Entre sus cualidades nutricionales destaca la presencia de aceites esenciales que favorecen una digestión más ligera. Son especialmente ricas en proteínas —aportando alrededor de 25 gramos por cada 100—, lo que las convierte en un alimento ideal para apoyar la salud de los músculos, los huesos y la piel. También son una fuente significativa de energía y destacan por su contenido en magnesio, un mineral clave para la correcta absorción del calcio, con efectos relajantes sobre el sistema muscular y que ayuda a reducir la fatiga.