Estado de ánimo: Las caras retorcidas de las gárgolas te saludan cuando te acercas a la ornamentada catedral. Los arcos afilados llenos de vidrieras reflejan intrincados patrones en el suelo de piedra a medida que retrocede en el tiempo. Huele a: pachulí, humo de incienso que sale de un incensario adornado, azúcar quemada por el fuego y vetiver terroso. ---------- La piedra cincelada a mano se eleva desde el centro de la ciudad y es un monumento a los milagros de la ingeniería de la era anterior a la maquinaria. Durante décadas, arquitectos, albañiles, constructores y artistas trabajaron arduamente, algunos famosos, otros anónimos. Todas sus horas y años son un testimonio de la absoluta dedicación al legado que dejarían en los siglos venideros.