"Rojo Sangre y Arena Negra" -Chuck Tatum Si hubiera alguna encarnación viviente del infierno, sería el desembarco de los Marines en Iwo Jima. Estratégicamente crítico para las misiones aéreas hacia el territorio japonés, protegido por un enemigo feroz que preferiría morir antes que rendirse, que iba a hacer que ese estadounidense pagara por cada centímetro de terreno que pisara. El IJA (Ejército Imperial Japonés) haría de Iwo Jima la batalla más sangrienta de los Marines en su historia, una batalla sangrienta que se extendió durante treinta y seis días (19 de febrero de 1945-26 de marzo de 1945) con veintisiete mil bajas de nuestro lado, siete mil de las cuales fueron muertes. La culminación de la cual fue inmortalizada para siempre en el izado de nuestra bandera sobre el Monte Suribachi de Iwo Jima.