Mi objetivo es llevarlos en un viaje para obtener el conocimiento necesario para que comprendan la perspectiva bíblica sobre la abundancia, la prosperidad y comprendan cómo el principio de la obediencia a Dios facilita esta vida abundante. Creo que la verdadera abundancia no se basa en lo que se puede obtener materialmente o en la cantidad de dinero que se tiene, sino que debe basarse en vivir una vida verdaderamente feliz, plena y bendecida. Una persona genuinamente abundante no permite que eventos o situaciones externas, ya sean buenas o malas, sumen o resten de su felicidad y realización de la vida. Nadie puede ser realmente feliz todo el tiempo; sin embargo, cuando vives una vida abundante, vives con equilibrio, esperanza y posibilidades ilimitadas.