El gran fisiólogo Iván Pávlov condicionó a los perros para asociar la comida con el sonido de una campana. Cada vez que hacía sonar la campana, los perros comenzaban a babear como si realmente hubieran visto comida. Inmediatamente se dio cuenta de la importancia de este descubrimiento. "¡Puedo hacer que los perros babeen cuando yo quiera!" exclamó a su asistente. Afortunadamente, los experimentos de Pávlov con "reflejos condicionados" lo hicieron bastante famoso. En tu dedo, es un títere; en tu nevera, es un imán, de aproximadamente 10 cm de altura. (Advertencia: Puede que llegues a asociar el títere con la nevera y salivar cada vez que juegues con él.) Recuerdos eternos~ Kitsch de moda~ Lo tenemos todo.