Gracias a su espiritualidad, ascetismo, habilidades técnicas y artesanía, los cistercienses se convirtieron en una de las órdenes monásticas más influyentes de la alta Edad Media. Hace nueve siglos, cuando la energía dinámica de la orden benedictina amenazaba con convertirse en mera grandeza y formalismo, los cistercienses volvieron a las «reglas santas» originales de Benito de Nursia y a trabajar con sus manos. Los testigos de piedra de esta época incluyen majestuosos edificios monásticos. Con su austera dignidad y su sublime ausencia de decoración, los edificios eclesiásticos cistercienses llegaron a ser sinónimo de una claridad y pureza espirituales sobrecogedoras. Este libro presenta obras maestras de la arquitectura cisterciense en Francia, Gran Bretaña, Alemania, Austria, Portugal, España e Italia. Una selección de textos originales, imágenes y tablas cronológicas ofrece información sobre las características artísticas y cultural-históricas de los monasterios individuales y sus habitantes.