«Pondré a este tercero en el fuego; los refinaré como se refina la plata y los probaré como se prueba el oro. Invocarán mi nombre y yo les responderé. Dirán: Son mi pueblo y dirán: El Les nuestro Dios». —Zacarías 13:9 «Pero para ti que temes mi nombre, el sol de justicia se levantará con la curación en sus alas, y saldrás y saltarás juguetonamente como terneros del establo». —Malaquías 4:2 Zacarías y Malaquías, los dos últimos libros del Antiguo Testamento, proclaman la fidelidad del único Dios verdadero. Tras años de exilio, el pueblo de Judá regresó a Jerusalén y se encontró atrapado por el desánimo, rodeado de enemigos y dudando del amor de Dios, de Sus promesas y de su futuro.