«Acaricio mi piel y agradezco a mi cuerpo sus funciones. Siento gratitud por mis piernas, mis pies, mis brazos, mis manos. Agradezco a mi corazón, a mis pulmones, a mi estómago, a mi útero. Al extender la crema, envuelvo mi cuerpo en un vórtice de energía dorada nutritiva y regeneradora, que inunda mis células con las frecuencias más puras». Formulada con rosa almizclera, que estimula los procesos regeneradores de la piel, la crema corporal mantiene la piel elástica y suave, gracias a las propiedades emolientes del aceite de almendras dulces y al potente efecto suavizante de la manzana. La formulación está enriquecida con aceite de almendras, manteca de karité, vitamina E y ácido hialurónico. Una mezcla de aceites esenciales de vainilla, limón, bergamota y sándalo crea una atmósfera amorosa y nutritiva.