Y se convirtió en la encarnación de la pureza: sus ojos ya no eran necesarios, porque podía ver y podía distinguir el bien del mal. Si bien se asoció principalmente con la monarquía francesa y se usó en muchos escudos de armas europeos desde el siglo XI, la familia De Medici había adoptado la Flor de Lis como el «Giglio Fiorentino», que a su vez, se convirtió en el sello oficial de la ciudad de Florencia. Durante la época del Renacimiento, el símbolo se utilizó en una gran cantidad de obras artísticas, sellos y muchos más. Se usó particularmente como expresión de pureza, representando a la Santísima Trinidad con sus tres pétalos. Al igual que en la antigüedad, la Flor de Lis se usa hoy como un medio para difundir el mensaje de que la pureza del bien puede triunfar sobre la voluntad del mal.