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Casualmente, esta idea de negocio surgió de un juego práctico para romper el hielo que usé para ayudar a mis alumnos a deshacerse de cualquier nerviosismo que tuvieran al entrar en primer grado. Este juego era más bien un experimento con pepinillos de Kool-Aid en el que los estudiantes elegían su sabor, etiquetaban y comercializaban su tarro de pepinillos. El proyecto fue un éxito y espero lo mismo para mi negocio. Decidí investigar los pepinillos que se vendían actualmente en tiendas con sabores únicos. Según mis hallazgos, los pepinillos que se vendían no tenían ningún sabor memorable aparte del sabor salado original del pepinillo genérico. En ese momento, tomé mi proyecto escolar y puse en marcha un negocio. Inmediatamente me inscribí en un curso para obtener la certificación de alimentos acidificados y registrarme en la FDA. Poco después, programé una inspección estatal en mi almacén de producción y obtuve la aprobación y autorización para vender mis pepinillos en todo el mundo.
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Cindy Davenport, propietaria de Floral Studio & Gift Designs by Cinport, en Florida (EE. UU.)
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