Acerca de Portela

Una asadera Era 1977 cuando Ângelo Marçal, que regresó de Angola, abrió la puerta de Casa dos Cafés Portela, con «una máquina pequeña y unas tazas de barro donde servimos café». En ese momento el café se probó solo de pasada y se llevó, al gusto del cliente, a su casa. Poco a poco llegaron los accesorios para el café, los pasteles, los chocolates, los tés, las comidas ligeras y la apertura de nuevas tiendas, siempre en la región de Lisboa. Hoy en día, los espacios Portela (palabra que significa «puerta pequeña») invitan a entrar y experimentar los orígenes, el tostado, la molienda, en definitiva, la especialidad que siempre ha estado en la génesis de la marca, pero también nuevos aromas, sabores y detalles que nos llevan, una y otra vez, a la pasión por el café. Portela Alrededor del caféDescubre su historia