Hace 7.000 años a.C., nuestros antepasados ya recolectaban el fruto del pistachero en la región mediterránea. Las leyendas incluso cuentan que el pistacho era apreciado por los Grandes de antaño, como la reina de Saba, quien se reservaba la exclusividad de su consumo. Inicialmente utilizado como colorante, especialmente en India, también fue pronto reconocido por su alto valor energético, y recorrió la ruta de la Seda desde Asia hasta Europa para conquistar el corazón y el estómago de los occidentales. Hoy en día, su cultivo se ha extendido hasta los Estados Unidos, donde California se ha convertido en maestra de su producción, con el 98% de la producción total.