Olvídate de los huevos, ofrece adoración en un tarro. Esta Pascua, deja de lado los conejitos de chocolate. Lo digo en serio. Tenemos algo mejor. Un tarro. No cualquier tarro: "Pâte à tartiner d'Antoinette". Una crema para untar que no solo sabe bien. Es brutal. Es visceral. Es la alianza perfecta entre el crujido del trigo sarraceno tostado y la dulzura adictiva de la avellana. Un equilibrio tan preciso que es como un engaño. Porque este año, no hablamos de búsquedas de huevos. Hablamos de una búsqueda. Una búsqueda que nos lleva de París a Bretaña, al hogar de Jean-Baptiste y Vincent de Chez Antoinette Poisson, donde el trigo sarraceno reina supremo, un homenaje a las crêpes doradas que nos gustaría que duraran para siempre. Un sabor a tierra, autenticidad y una llama crepitante. Cada detalle ha sido pensado y elaborado para hacer de este tarro algo tan raro como esencial. Presentado en una caja que no terminará en el fondo de un armario. Porque hay cosas que no se pueden tirar. No te demores.