A mediados de la década de 1930, la estrategia inicial de los británicos era desarrollar un bombardero medio bimotor polivalente. Esta solución requería motores muy potentes que en ese momento eran difíciles de producir y mantener. Siguiendo los pasos de los estadounidenses y los soviéticos, comenzaron a desarrollar un fuselaje más grande y pesado con cuatro motores más pequeños, pero fácilmente disponibles, que aún podían garantizar un excelente alcance y capacidad de carga aérea. Inicialmente todavía llamado Manchester por el anterior proyecto bimotor, en enero de 1941 el segundo prototipo fue renombrado como Lancaster. Su primer vuelo fue un gran éxito, habiendo visto posteriormente mejoras con el uso de una nueva cola elíptica de doble aleta, lo que aumentó en gran medida la estabilidad y el campo de tiro para la ametralladora dorsal en comparación con el diseño de tres aletas del Manchester.