La harina de espelta se diferencia de la harina de trigo común por su menor índice glucémico, lo que significa que no eleva los niveles de azúcar en sangre tan rápidamente, ayudando así a controlar el peso. Es rica en fibra soluble, lo que favorece el tránsito intestinal, ayuda a prevenir el estreñimiento y evita la acumulación de grasa en el cuerpo. Es una harina de fácil digestión y suele provocar menos reacciones adversas que el trigo convencional, por lo que es recomendada para personas con sensibilidad leve al trigo, aunque no es apta para celíacos ya que contiene gluten. Entre sus nutrientes destacan el magnesio, esencial para el buen funcionamiento del sistema nervioso, y que también contribuye a reducir el estrés. Aporta además vitaminas del grupo B, especialmente la B3 (niacina), la cual puede ayudar a disminuir los niveles de colesterol en sangre. También contiene minerales importantes como hierro, fósforo y más magnesio.