El sirope de agave se extrae de las pencas del agave una planta suculenta originaria de América tropical. Para su elaboración se corta la planta cuando ha crecido entre siete y diez años y se extrae la sabia, que se denomina aguamiel, y es consumida como bebida refrescante tradicionalmente. Para obtener el sirope el jugo se calienta y se trata por vía enzimática para hidrolizar los hidratos de carbono complejos que contiene y transformarlos en azúcares simples. El sirope de agave se caracteriza por su potente poder endulzante, que es el doble que el azúcar común, por lo que se suele utilizar como una alternativa al mismo.