El uso del esmalte en México se remonta al siglo XIX, pero no fue hasta la década de 1930 que ganó popularidad cuando surgió una industria artesanal que producía utensilios de cocina de alta calidad, lo que lo convirtió en un símbolo de la cultura e identidad mexicanas. Durante muchos años, el esmalte fue el material preferido para fabricar utensilios de cocina en México debido a su durabilidad, resistencia a la corrosión y facilidad de limpieza. Hoy en día, el esmalte se está revalorizando por su belleza, su conexión con la cultura mexicana, su versatilidad y sus cualidades: no es tóxico, es más resistente y duradero que la cerámica y el vidrio, se puede usar sobre la llama directa, no altera el sabor de los alimentos, es fácil de limpiar, inhibe el crecimiento de bacterias y no retiene olores ni residuos. Material: acero esmaltado. 3 tamaños disponibles: Pequeño: 22 cm. 300 g/8,6 pulgadas Mediano: 28 cm. 450 g/11,0 pulgadas Grande: 36 cm. 660 g/14,2 pulgadas Hecho en México.