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Telas divinas nace de la mano de Maria Cisneros. Su madre y su tía nacieron en Cuba, a la sombra de una madre dedicada por entero a la costura y a la pasión por lo bien hecho. Ya en España, y siendo todavía una niña, María descubre un viejo baúl en la trastienda de sus padres. Todo un hallazgo, un tesoro lleno de secretos…decenas de retales antiguos, telas divinas, cintas y botones, dormían escondidos en aquel arcón que un día atravesó el océano, y se quedó agazapado, preso del tiempo y los sentimientos… Y entre las telas…algunas fotos sueltas, un pequeño cuadernillo con palabras y despedidas llenas de nostalgia de un tiempo que huele a tabaco y café… María jugaba con las telas, y se disfrazaba, y se quitaba y se ponía… y se vestía con mil atuendos diferentes…haciendo de cada tarde de invierno un país de maravillas… A medida que iba creciendo, desaparecían los disfraces, la niñez y los juegos… y como por arte de magia, brotaban las ideas, la adolescencia, y la posibilidad de crear mil cosas… Manaban ilusiones, proyectos y sueños con tan sólo levantar la tapa de aquel mismo baúl lleno de las mismas telas divinas, cintas y botones… Y en ese momento se estaba forjando un sueño que se hizo realidad, y que sigue oliendo a tabaco y café… y cuyo aroma y textura quiero compartir con vosotros. Dejo levantada la tapa del baúl para que te asomes y te atrevas tú también a hacer con estas telas, todo lo bonito que llevas dentro…
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Telas divinas nace de la mano de Maria Cisneros. Su madre y su tía nacieron en Cuba, a la sombra de una madre dedicada por entero a la costura y a la pasión por lo bien hecho. Ya en España, y siendo todavía una niña, María descubre un viejo baúl en la trastienda de sus padres. Todo un hallazgo, un tesoro lleno de secretos…decenas de retales antiguos, telas divinas, cintas y botones, dormían escondidos en aquel arcón que un día atravesó el océano, y se quedó agazapado, preso del tiempo y los sentimientos… Y entre las telas…algunas fotos sueltas, un pequeño cuadernillo con palabras y despedidas llenas de nostalgia de un tiempo que huele a tabaco y café… María jugaba con las telas, y se disfrazaba, y se quitaba y se ponía… y se vestía con mil atuendos diferentes…haciendo de cada tarde de invierno un país de maravillas… A medida que iba creciendo, desaparecían los disfraces, la niñez y los juegos… y como por arte de magia, brotaban las ideas, la adolescencia, y la posibilidad de crear mil cosas… Manaban ilusiones, proyectos y sueños con tan sólo levantar la tapa de aquel mismo baúl lleno de las mismas telas divinas, cintas y botones… Y en ese momento se estaba forjando un sueño que se hizo realidad, y que sigue oliendo a tabaco y café… y cuyo aroma y textura quiero compartir con vosotros. Dejo levantada la tapa del baúl para que te asomes y te atrevas tú también a hacer con estas telas, todo lo bonito que llevas dentro…