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Cindy Davenport, propietaria de Floral Studio & Gift Designs by Cinport, en Florida (EE. UU.)
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Siempre me ha gustado el arte. Sin embargo, era mi materia favorita en la escuela, y ahora voy a ser un poco anticuado al decir esto: pero «en mis tiempos» ser artista o trabajar en el arte no llevaba la etiqueta de: ¡esta persona es genial! Por lo tanto, traté de encontrarme con profesiones y estudios que me aportaran dinero y esto se prolongó durante años. Estudié y trabajé en diseño, fotografía, oficina, servicio al cliente, telemarketing, asistente de tienda, ¡uf! Tantos trabajos diferentes. Así me vi a mí misma después de empezar 3 universidades pero nunca terminarlas, 1 licenciatura en publicidad y muchos años de experiencia en varias cosas que no me traían felicidad, ¡y a menudo ni siquiera dinero! Así que, después de cumplir 30 años, me diagnosticaron depresión, ansiedad y falta de felicidad. Fue en este momento de mi vida cuando recordé mi primer amor. Aquella que conmovió mi alma y mi imaginación, que tenía el don de sacarme de un mundo de caos y llevarme a los campos coloridos e infinitos de las cosas mágicas. Volví al papel y al lápiz y a las muchas tintas que nunca tuve la oportunidad de probar. Encontré mi camino. Ahora, el estudio Ellen Kency es el comienzo de este nuevo camino de compartir mis mundos mágicos con personas que aman el arte.
Siempre me ha gustado el arte. Sin embargo, era mi materia favorita en la escuela, y ahora voy a ser un poco anticuado al decir esto: pero «en mis tiempos» ser artista o trabajar en el arte no llevaba la etiqueta de: ¡esta persona es genial! Por lo tanto, traté de encontrarme con profesiones y estudios que me aportaran dinero y esto se prolongó durante años. Estudié y trabajé en diseño, fotografía, oficina, servicio al cliente, telemarketing, asistente de tienda, ¡uf! Tantos trabajos diferentes. Así me vi a mí misma después de empezar 3 universidades pero nunca terminarlas, 1 licenciatura en publicidad y muchos años de experiencia en varias cosas que no me traían felicidad, ¡y a menudo ni siquiera dinero! Así que, después de cumplir 30 años, me diagnosticaron depresión, ansiedad y falta de felicidad. Fue en este momento de mi vida cuando recordé mi primer amor. Aquella que conmovió mi alma y mi imaginación, que tenía el don de sacarme de un mundo de caos y llevarme a los campos coloridos e infinitos de las cosas mágicas. Volví al papel y al lápiz y a las muchas tintas que nunca tuve la oportunidad de probar. Encontré mi camino. Ahora, el estudio Ellen Kency es el comienzo de este nuevo camino de compartir mis mundos mágicos con personas que aman el arte.
