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Creé KORA MIKINO porque quería sacar el tema de la menstruación fuera de ese vergonzoso y sucio rincón. Yo misma fui de las chicas que le susurraba «Tengo días» a mi mejor amiga y no me atrevía a comprar productos para la menstruación en el supermercado de la esquina, porque alguien lo podía ver 👀. Al fundar KORA MIKINO, también quería hacer las paces con mi período. Porque tuvimos un comienzo muy malo: mi primer período terminó con un viaje a la sala de emergencias. El dolor me arrancó el suelo de debajo de los pies. Por puro pánico, tomé la píldora durante más de 15 años y no fue hasta que me metí en el embudo a finales de los 20 que ya no quería llenarme de hormonas que volví a tener mi período. Un poco menos doloroso que en los días de la adolescencia, pero aun así era complicado: los tampones aumentaban el dolor, la copa nunca se sentaba y las almohadillas se sentaban como un pañal, pero estaban MUY flojas. Un día, una banda entera «deambuló» por toda mi pierna y solo los puños de mis pantalones de chándal podían detenerla. La idea de ropa interior de época no es en absoluto tan descabellada o inusual como algunas personas suponen, porque la ropa interior de época ya existía en la década de 1950. Sin embargo, solo los materiales modernos, como los que utilizamos, hacen que los calzoncillos sean realmente fiables y cómodos.
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Creé KORA MIKINO porque quería sacar el tema de la menstruación fuera de ese vergonzoso y sucio rincón. Yo misma fui de las chicas que le susurraba «Tengo días» a mi mejor amiga y no me atrevía a comprar productos para la menstruación en el supermercado de la esquina, porque alguien lo podía ver 👀. Al fundar KORA MIKINO, también quería hacer las paces con mi período. Porque tuvimos un comienzo muy malo: mi primer período terminó con un viaje a la sala de emergencias. El dolor me arrancó el suelo de debajo de los pies. Por puro pánico, tomé la píldora durante más de 15 años y no fue hasta que me metí en el embudo a finales de los 20 que ya no quería llenarme de hormonas que volví a tener mi período. Un poco menos doloroso que en los días de la adolescencia, pero aun así era complicado: los tampones aumentaban el dolor, la copa nunca se sentaba y las almohadillas se sentaban como un pañal, pero estaban MUY flojas. Un día, una banda entera «deambuló» por toda mi pierna y solo los puños de mis pantalones de chándal podían detenerla. La idea de ropa interior de época no es en absoluto tan descabellada o inusual como algunas personas suponen, porque la ropa interior de época ya existía en la década de 1950. Sin embargo, solo los materiales modernos, como los que utilizamos, hacen que los calzoncillos sean realmente fiables y cómodos.