Las botellas de 600 ml (20 fl oz) de Pura contienen agua volcánica filtrada de forma natural. Nuestra agua nace en las nubes bañadas por el sol de América Central, cayendo a través de las antiguas selvas volcánicas de Costa Rica. Las numerosas capas de roca volcánica y sedimento mineral arrastran nuestra agua a la tierra y la filtran lentamente a lo largo de 300 años. Se eleva 2.000 pies y emerge en nuestra primavera, sin ser tocado por la humanidad. Cada gota está repleta de minerales revitalizantes que restauran la piel, el cuerpo y la mente. Sobre el Parque Nacional Juan Castro Blanco, también conocido como Parque de Aguas (Parque de las Aguas). La niebla y la precipitación caen en la selva, absorbiéndose en la flora y el terreno donde el agua comienza su viaje hacia el antiguo acuífero que descansa bajo el suelo del bosque. Las capas subterráneas altamente permeables dentro de la lava ígnea fragmentada facilitan el paso del agua subterránea. Estos canales porosos, formados por la actividad volcánica, filtran y purifican las moléculas de agua, extrayendo las impurezas a medida que se adentran en la tierra.
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Las botellas de 600 ml (20 fl oz) de Pura contienen agua volcánica filtrada de forma natural. Nuestra agua nace en las nubes bañadas por el sol de América Central, cayendo a través de las antiguas selvas volcánicas de Costa Rica. Las numerosas capas de roca volcánica y sedimento mineral arrastran nuestra agua a la tierra y la filtran lentamente a lo largo de 300 años. Se eleva 2.000 pies y emerge en nuestra primavera, sin ser tocado por la humanidad. Cada gota está repleta de minerales revitalizantes que restauran la piel, el cuerpo y la mente. Sobre el Parque Nacional Juan Castro Blanco, también conocido como Parque de Aguas (Parque de las Aguas). La niebla y la precipitación caen en la selva, absorbiéndose en la flora y el terreno donde el agua comienza su viaje hacia el antiguo acuífero que descansa bajo el suelo del bosque. Las capas subterráneas altamente permeables dentro de la lava ígnea fragmentada facilitan el paso del agua subterránea. Estos canales porosos, formados por la actividad volcánica, filtran y purifican las moléculas de agua, extrayendo las impurezas a medida que se adentran en la tierra.