Acerca de Surfers Jewelry

El surf cambió mi vida. En febrero de 2022, cuando tenía 30 años, me apunté a 8 clases de surf en la playa de Santa Mónica. Lo hice para impresionar al chico con el que tenía una relación indefinida: él era surfista, y pensé que si me convertía en surfista, finalmente me pediría que fuera su novia. Eso no sucedió (jaja), y rompimos. Unos meses después, conocí a otro surfista, ¡y esta vez me pidió que fuera su novia! Surfeamos juntos todos los domingos durante 6 meses, pero yo era terrible en ello. La mayoría de las veces me sentaba en mi tabla, viéndolo atrapar olas. Cuando rompimos, dejé de surfear por completo porque sentía que era algo 'nuestro'. Un año después, aún con el corazón roto y agotada por el trabajo, fui a Hawái sola. Estando en Waikiki, me sentí inspirada para volver a subirme a una tabla de surf. Poco a poco, volví a aprender a surfear, esta vez, para mí misma. El surf me recuerda que nunca es tarde para aprender algo nuevo, y que soy más fuerte de lo que creo, tanto emocional como físicamente.Descubre su historia