Acerca de MAISOLI

El domingo fue un gran día festivo para las familias campesinas de esa época. En la chimenea las madres cocinaban la polenta y en cuanto estaba cocida la echaban sobre la tabla de cortar de madera para que se enfriara. En la olla de cobre vacía había una capa delgada que se secó lentamente. A los niños les encantó ese waffle de polenta tostado y crujiente en el que untaron un poco de mantequilla, unas migas de azúcar e hinojo silvestre. Era su postre. ¡Un postre sencillo pero capaz de hacerlos felices y nunca solos!