CIENTOS DE MILES DE MINORISTAS CONFÍAN EN NOSOTROS
Condiciones de pago a 60 días
Devoluciones gratuitas en todos los primeros pedidos
Productos únicos seleccionados para tu tienda
Fundamos Madonna Lily para difundir la positividad y alimentar a nuestra comunidad a través de la naturaleza. Fabricamos, probamos y utilizamos todos nuestros productos con cuidado y consideración. Cada ingrediente se elige con intención, desde el propósito de cada planta hasta quién se beneficiará. Mediante los esfuerzos por reducir y reciclar los envases, nuestra misión es minimizar los residuos. Sacamos nuestra fuerza de la madre naturaleza y deseamos mantenerla feliz. Madonna Lily está forjada en amistad y alimentada por el amor por todas las cosas naturales. Provenientes de Rumanía, nos conocimos por primera vez en Timisoara en 2009 y hemos pasado la última década trabajando, riendo, llorando y aventurando juntos. Fue Raluca quien pensó en vender los exfoliantes de azúcar que habíamos estado creando para nosotros y para nuestros amigos. Después de mejorar nuestra artesanía y acercarnos a los mercados de agricultores en Cape Cod, decidimos regresar a Nueva Orleans, una ciudad que ya había capturado nuestros corazones, donde sentimos que podíamos echar raíces.
Fundamos Madonna Lily para difundir la positividad y alimentar a nuestra comunidad a través de la naturaleza. Fabricamos, probamos y utilizamos todos nuestros productos con cuidado y consideración. Cada ingrediente se elige con intención, desde el propósito de cada planta hasta quién se beneficiará. Mediante los esfuerzos por reducir y reciclar los envases, nuestra misión es minimizar los residuos. Sacamos nuestra fuerza de la madre naturaleza y deseamos mantenerla feliz. Madonna Lily está forjada en amistad y alimentada por el amor por todas las cosas naturales. Provenientes de Rumanía, nos conocimos por primera vez en Timisoara en 2009 y hemos pasado la última década trabajando, riendo, llorando y aventurando juntos. Fue Raluca quien pensó en vender los exfoliantes de azúcar que habíamos estado creando para nosotros y para nuestros amigos. Después de mejorar nuestra artesanía y acercarnos a los mercados de agricultores en Cape Cod, decidimos regresar a Nueva Orleans, una ciudad que ya había capturado nuestros corazones, donde sentimos que podíamos echar raíces.