Acerca de ABANI & CO

Métro de París – Febrero – Hora punta. "Mis vecinos inmediatos huelen demasiado (o no lo suficiente) a desodorante. Estoy a punto de desmayarme, demasiado calor con mi abrigo, un enorme jersey y todas mis capas de invierno. La chica detrás de mí no lo sabe, pero en realidad me está sosteniendo. De repente llega la brillante idea: me meto en mi bolso para sacar el abanico que siempre llevo conmigo en Madrid. Y en un segundo aquí estoy, revivida, aireándome tranquilamente, mis vecinos inmediatos mirándome agradecidos." Julio 2015 – Ola de calor – Iglesia enclavada en el campo – boda, por supuesto. "Miro distraídamente alrededor, notando mentalmente los vestidos de seda de la congregación volviéndose más pegajosos y oscuros mientras sus dueños se abanican desesperadamente con el programa. Estoy en mi mejor momento: mi vestido es impecable, y puedo ver a las otras chicas mirándome con envidia por mi abanico blanco, con delicadas piñas doradas impresas en él. Incluso mi maquillaje sigue perfecto.Descubre su historia