Acerca de Anna Rivka

Estetas, los padres de Rivka le transmiten desde muy pronto el gusto por lo precioso y, más concretamente, por un patrimonio cultural vinculado a la joyería. Por lo tanto, es muy natural que a los 18 años se incorporara a los bancos de trabajo de la escuela de joyería de la Rue du Louvre. Luego decide perfeccionar su aprendizaje con un joyero artesano Meilleur Ouvrier de France que le enseña su meticuloso saber hacer y le permite explorar todas las técnicas detrás de la creación de una joya. Convencida por su talento, esta excepcional maestra de aprendizaje le predice un futuro creativo. Tendrá razón... ¿Su vocabulario? Formas orgánicas, representación de temas como pájaros, vegetación y arreglos florales estilizados. ¿Su sintaxis? Oscilación entre simetría limpia y abundancia de curvas. ¿Su conjugación? Ninguna. Las creaciones de Rivka se han agotado. La diseñadora hace de la tiara uno de sus centros de mesa. En sus manos, ofrece a esta joya un renacimiento para convertirse en un accesorio cotidiano que sublima el look femenino. Muy apegada a la artesanía, todas sus joyas están hechas a mano, en París, por una orquesta de artesanos con talento consumado. En 2006, Anna Rivka optó por poner su imaginación al servicio de la joyería y lanzó su propia marca. A través de sus colecciones, la joven parisina desea volver a visitar el repertorio clásico de la joyería respirando un viento de modernidad. Descubre su historia