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En 1997, el empresario de Métis Sean McCormick comerciaba con cueros y pieles con artesanos indígenas. Artesanos que fabricaban hermosos mocasines y mukluks, un calzado que no solo permitía a sus antepasados sobrevivir en los climas más duros del mundo, sino que también transmitía su historia a través de impresionantes abalorios y adornos. Sean tuvo la visión, la visión de llevar estos diseños a un escenario mundial y, al mismo tiempo, celebrar, honrar y retribuir a la cultura que los sustentaba. En la actualidad, Manitobah fabrica calzado de alta calidad y comparte historias de arte, diseño y resiliencia indígenas con el mundo, sin dejar de comprometerse a lograr un impacto positivo real en las comunidades indígenas.
En 1997, el empresario de Métis Sean McCormick comerciaba con cueros y pieles con artesanos indígenas. Artesanos que fabricaban hermosos mocasines y mukluks, un calzado que no solo permitía a sus antepasados sobrevivir en los climas más duros del mundo, sino que también transmitía su historia a través de impresionantes abalorios y adornos. Sean tuvo la visión, la visión de llevar estos diseños a un escenario mundial y, al mismo tiempo, celebrar, honrar y retribuir a la cultura que los sustentaba. En la actualidad, Manitobah fabrica calzado de alta calidad y comparte historias de arte, diseño y resiliencia indígenas con el mundo, sin dejar de comprometerse a lograr un impacto positivo real en las comunidades indígenas.